
Dies Natalis, Papa Francisco. Un día de despedida y esperanza
Mensaje de Magnus MacFarlane-Barrow
Doy gracias a Dios por el Papa Francisco: porque su sufrimiento ha llegado a su fin y por la forma valiente y digna en la que vivió su última enfermedad. Este es un día de Resurrección. El Papa Francisco se ha unido a Jesús, quien lo ha visitado como hizo con Pedro y los apóstoles, para darle paz. ¡Lo primero que hizo tras la Pascua fue acudir a sus amigos!
Incluso cuando lo vi por última vez el 3 de febrero, en lo que resultó ser su último gran encuentro, era evidente que afrontaba problemas de salud y tenía dificultades para respirar. Pero eso no le impidió decirnos a todos con pasión: “¡Nada es más importante que la vida de un niño!”
Y aún en su sufrimiento, insistió en quedarse con nosotros durante casi todo el día, en una intensa jornada de trabajo durante la Cumbre sobre los Derechos del Niño. Se aseguró también de que ninguno de nosotros se fuera sin recibir un saludo cálido y personal y una sonrisa, que me dejó con un profundo sentimiento de esperanza y valentía.
Creo que fue un último encuentro muy significativo: una continuación de lo que dijo al inicio de su pontificado, en 2013, cuando habló en nombre de “todos aquellos que sufren por el escándalo mundial del hambre”, recordando al mundo que “Estamos ante un escándalo global de alrededor de mil millones (mil millones de personas que aún hoy sufren hambre). No podemos mirar hacia otro lado y fingir que esto no existe. Hay comida suficiente en el mundo para alimentar a todos.”
Sus palabras y acciones han sido una gran fuente de inspiración para todos los que trabajamos por erradicar el hambre, y debemos dejarnos inspirar por ellas ahora más que nunca.
Hoy doy gracias al Señor por el regalo del pontificado del Papa Francisco y rezo para que, desde el Cielo, nos ayude a cumplir nuestra misión en Mary's Meals, para así continuar con su legado. Nada más convertirse en sucesor de San Pedro, invitó a “todas las instituciones del mundo, a la Iglesia y a cada uno de nosotros, como una sola familia humana, a dar voz a todos los que sufren en silencio por el hambre para que esta voz resuene con fuerza y sacuda al mundo.”
Mientras le lloramos, celebremos su vida y honremos su memoria alzando nuestras voces en un clamor incesante en nombre de cada niño olvidado, desatendido y hambriento de este mundo. Y recemos, como nos enseñó el Papa Francisco, pidiendo a Dios que nos conceda “la gracia de imaginar un mundo en el que nadie tenga que morir nunca más de hambre.”
Magnus MacFarlane-Barrow
NOTA: Magnus MacFarlane-Barrow asistió a la Cumbre sobre los Derechos del Niño en el Vaticano, el último gran evento con el Papa Francisco antes de su última enfermedad – 3 de febrero de 2025.